“Etimológicamente, ´respetar´ significa ´volver a ver´. Respetar es volver a mirar aquello a lo que no habíamos prestado atención, con ojos más comprensivos, más inteligentes, más sabios. El respeto nace de allí.” (Jorge Eslava en reciente entrevista en un diario local, a propósito del lanzamiento de su nueva novela “Sol tan lejos”).
Así como escuchar es más que oír, mirar es bastante más que ver. Mirar obliga a nuestra atención y por tanto requiere de nosotros un esfuerzo mayor. Cuando interactuamos con el otro (en casa, en camino a cualquier ocupación, en el centro de trabajo o de estudio, etcétera), lo que hacemos “normalmente” es vernos el uno al otro, no nos miramos, no nos prestamos atención, nos perdemos así la oportunidad de conocer más, de saber más de ese otro. Las consecuencias de este ejercicio, llamémoslo “desganado”, es que nos estamos relacionando de manera superficial, aplicando las más de las veces en el intercambio comunicativo, una opinión formada, llena de prejuicios y de otras distorsiones que dan como resultado una comunicación pobre, chata, mecánica, no recordable y, menos aún, memorable ¿Cuántas veces hemos llegado a nuestro destino y no nos ha sido posible recordar siquiera el recorrido que hemos hecho? Esta es la consecuencia de una actuación automática, sin compromiso, cómo si viviéramos ese recorrido y sus momentos en autohipnosis. Mirar entonces es prestar atención, valorar lo observado, considerarlo, en suma respetar.
Mirar más, al otro, a nosotros mismos, a lo que somos y a lo que fuimos. Mirarnos más para respetarnos más, para valorarnos, para reconocernos. Respetar es mirar de nuevo aquello que creemos conocer bien y que no conocemos tanto. Mirar de nuevo, esta vez con atención, con amabilidad, seguros de que, cualquiera sea la naturaleza del intercambio con el otro, ese otro, en ese instante del contacto, nos importa de veras. No resulta fácil cambiar un comportamiento tan arraigado como el de no mirar y sin embargo nada me parece más urgente y necesario para que así, mirándonos con respeto, nos reconozcamos más humanos cada vez.