“Las redes dieron voz a los sin voz, ahora necesitamos un cuerpo para esa voz”. Esta declaración está formada en su primera parte por lo escrito por Umberto Eco en su libro “De la estupidez a la locura” y en la segunda por algo que encontré en un blog y que lamento no haber anotado la autoría. Las disculpas a este último y las gracias al primero, notable escritor fallecido hace poco más de un año. Ahora juguemos con la frase para contarles lo que pienso de la expresión oral y corporal. Juguemos digo, porque me referiré al cómo se dice y no tanto al qué se dice.
Las personas con las que me relaciono de manera más frecuente y con regular asiduidad, son expresivas por encima del promedio. Conocemos a quienes se expresan con tan poca voz y con un casi nulo lenguaje corporal que se les hace muy difícil hacerse notar, destacarse dentro de un grupo, en suma, poder decir: ¡Acá estoy! También conocemos a no pocos que se expresan con una energía altísima, con voz clara, fuerte, segura. Cuando ellos hablan su lenguaje corporal enfatiza el discurso y en su rostro puede leerse lo que dicen. En ellos la voz acompaña al cuerpo en cada oportunidad de interrelación en las que el ánimo se resuelve en una actitud con compromiso, Actitud, según el DRAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española), tiene estas dos acepciones:
- “Postura del cuerpo, especialmente cuando expresa un estado de ánimo” y
- “Disposición de ánimo manifestada de algún modo”.
Vemos pues que, en el encuentro entre dos, el cuerpo y la voz son uno. En la comunicación digital el lenguaje corporal está minimizado por no decir anulado. En la comunicación audiovisual la imagen que vemos está desprovista del encuentro, no es humanidad sino imagen nada más. No puede pues tener cuerpo la voz de los que ahora pueden hacerse escuchar a través de las redes. Nos limitaremos entonces a conocer lo que ellos opinan sin que estemos seguros de que leerán nuestra replica a sus posiciones. Podrán opinar de esto y de aquello, de cualquier manera, total son invisibles, aunque ahora tengan voz.